En Castilla-La Mancha más de 600 niños y niñas viven en familias de acogida. Conoce cómo el acogimiento familiar transforma vidas y cómo puedes dar el paso con ASOFACAM.
Las familias pueden nacer de muchas maneras, pero todas comparten un mismo pilar: el cariño. Ese cariño es el que ha permitido que dos hermanas, Manuela y Emma (nombres ficticios), pasen del sistema de acogida familiar a una adopción definitiva, manteniendo siempre el vínculo con quienes las cuidaron en el camino.

En Castilla-La Mancha más de 600 niños, niñas y adolescentes viven en familias de acogida, gracias al compromiso de unas 400 familias. Sin embargo, todavía hay más de 500 menores que permanecen en centros residenciales. Alcanzar el objetivo de que ningún niño crezca en un recurso institucional de aquí a 2031 es posible, pero necesitamos que cada vez más familias den el paso hacia el acogimiento familiar.
En un encuentro reciente, organizado por la Consejería de Bienestar Social, se puso de relieve el valor de este recurso. Dioni Segovia, presidenta de ASOFACAM, destacó que las familias de acogida no solo acompañan, sino que forman parte de la historia vital de los menores:
“Acoger es un acto generoso que transforma vidas. Nuestro papel es sanar, sostener y acompañar a niños y niñas que han vivido circunstancias muy difíciles. Desde ASOFACAM ofrecemos formación, apoyo y acompañamiento, pero sobre todo reivindicamos que se reconozca la experiencia de las familias, porque somos quienes vivimos el acogimiento día a día.”
Desde la asociación también subrayamos la importancia de contar con más recursos y con tiempos de transición respetuosos, porque cada menor necesita un proceso de adaptación cuidado y estable.

Por su parte, Inmaculada Tello, directora general de Infancia y Familia en Castilla-La Mancha, recordó que el trabajo con las familias biológicas siempre es prioritario, y que la acogida familiar debe primar sobre la residencial:
“Lo mejor para los niños y niñas es crecer en un entorno familiar. Ahora mismo son 669 los que viven con familias frente a 520 en centros residenciales. Es un número alto, pero queremos que sea aún mayor. Necesitamos que más familias se acerquen a conocer qué significa acoger, porque el objetivo es que en 2031 no haya menores en el sistema residencial.”
La directora general también señaló la necesidad de prestar especial atención a los más pequeños, sobre todo a los menores de seis años, para garantizarles estabilidad y cariño desde el inicio.
El testimonio de Remedios, madre de acogida, resume con sencillez lo que significa este compromiso: “No soy tu mamá, pero puedo cuidarte como una mamá”. Ella y su familia han acogido a varios menores desde 2011 y hoy anima a otras familias a dar el paso:

“Lo mejor es saber que los entregas en mejores condiciones de las que tenían cuando llegaron, con la satisfacción de haber puesto un granito de arena en su futuro.”
En ASOFACAM creemos que cada familia de acogida es un motor de esperanza y transformación. Por eso hacemos un llamamiento a todas aquellas personas que sienten la inquietud de ayudar: acoger cambia vidas, también la tuya